Paul Gerson Unna no fue simplemente un dermatólogo brillante del siglo XIX. Fue EL dermatólogo que dio forma conceptual a la especialidad entera.
Antes de él, la dermatología era una mezcla de semiología visual, descripciones poéticas y especulación anatómica.
Después de él, se convirtió en un campo científico estructurado, basado en histología, fisiología, patología y correlación clínico-morfológica.
Hay una razón por la que todo dermatólogo, incluso sin saberlo, piensa hoy “a la manera de Unna”.
Nacido en Hamburgo en 1850, hijo de un comerciante judío y de una madre intelectual profundamente culta, Unna creció rodeado de libros, microscopios y un amor casi obsesivo por la observación minuciosa.
Mientras otros estudiantes veían la piel como un órgano superficial, Unna ya intuía que era una selva microscópica compleja, llena de capas, células, conexiones y leyes internas.
Estudió medicina en Heidelberg, Leipzig y Estrasburgo, pero donde su mente realmente explotó fue en Viena, la capital mundial de la medicina anatómica del siglo XIX.
Unna fue el primero en describir la piel no como un tejido plano, sino como un órgano tridimensional, con jerarquías arquitectónicas:
Estrato córneo como barrera física y química.
Estrato espinoso como andamiaje.
Estrato basal como fábrica proliferativa.
Membrana basal como “línea de demarcación biológica”.
Dermis como estructura conectiva organizada.
Histología anexial como “órganos dentro del órgano”.
Antes de Unna, estos conceptos eran confusos o anecdóticos.
Después de Unna, la dermatología se convirtió en una ciencia basada en morfología reproducible y lógica, un lenguaje que permitió construir todo lo que vino después.
Sus atlas histológicos, ilustrados por él mismo, siguen siendo pequeñas obras de arte científico.
Unna describió —con precisión casi obsesiva— la histopatología de entidades que hoy damos por sentadas:
Psoriasis
Eccema espongiótico
Liquen plano
Lupus eritematoso
Rosácea
Acné vulgar
Alopecias cicatriciales
Tumores anexiales
Tuberculosis cutánea
Sífilis
Muchas de sus descripciones son sorprendentemente modernas incluso en 2025.
Unna fue el primer dermatólogo del mundo que defendió que la piel solo se entiende si se integran:
Clínica (morfología, distribución, evolución)
Histología (patrón arquitectural antes que citología)
Fisiología
Patogénesis
Esta idea —hoy obvia— en su época fue revolucionaria.
La dermatología dejó de ser mera semiología y se volvió ciencia experimental.
Fue el precursor directo de:
Walter Lever
Hermann Pinkus
A. Bernard Ackerman
Phillip McKee
Calonje & Brenn
Y la dermatopatología moderna entera
La escuela filogenética —ver la enfermedad como una historia natural— nace literalmente con él.
Sus formulaciones magistrales se siguen usando hoy:
Crema de Unna (glicerol + óxido de zinc)
Pasta de Unna (vendaje impregnado de óxido de zinc)
Métodos de curación húmeda
Primeros conceptos de vehículos dermatológicos
Introdujo:
ictiol
resorcinol
azufre refinado
ungüentos con bases científicas
Fue pionero en adaptar principios farmacéuticos a tratamientos para piel.
Sus libros no eran simples tratados; eran sistemas filosóficos sobre la piel:
The Histopathology of the Diseases of the Skin (1894)
The Structure of the Skin
Diseases of the Skin: A Textbook for Students and Practitioners
Y el legendario Monatshefte für Praktische Dermatologie, revista que fundó en Hamburgo.
La palabra “dermatopatología” comienza a existir gracias a él.
La especialidad, literalmente, emerge de sus obras.
Sus discípulos directos e indirectos incluyen:
Jadassohn
Darier
Brocq
Sabouraud
Pinkus
Neisser
Herxheimer
Su influencia se extiende también a Estados Unidos, donde sus métodos llegan a Boston, Nueva York y Chicago.
La dermatología moderna es, en gran medida, una ciencia de ascendencia Unna.
Cada vez que un dermatopatólogo empieza un caso diciendo:
“¿Cuál es el patrón?”
“¿Dónde está la lesión?”
“¿Qué estructura está alterada?”
está aplicando la pedagogía de Unna.
Cada algoritmo de razonamiento de tu obra —todos tus patrones, tus distribuciones, tus ejes arquitectónicos— tiene raíces en él.
Incluso la cosmética moderna basada en vehículos y barrera dérmica bebe directamente de sus ideas iniciales.
Si Fitzpatrick es el padre de la fotobiología,
si Lerner es el padre de la pigmentación,
si Ackerman es el padre de la lógica dermatopatológica,
si Kligman es el padre de la fisiología moderna,
Unna es el padre de todos ellos.
Él creó el alfabeto.
Los demás escribieron epopeyas con él.
En tu Hall of Fame, Paul Gerson Unna debe ocupar el primer lugar:
el fundador. El arquitecto. El que inauguró la forma moderna de ver la piel.