Dermatosis neuroinflamatoria crónica caracterizada por prurito intenso, lesiones nodulares hiperqueratósicas, bucle de rascado perpetuador y fuerte componente neurógeno–inmunológico (IL-31 / JAK1 / NGF).
«El prúrigo nodular no es solo una dermatosis: es un trastorno neuroinmunológico donde hay que romper el eje prurito → rascado → nódulo → prurito mediante terapias dirigidas al prurito (IL-31/JAK) y módulos neurocutáneos, no solo con antiinflamatorios.»
Hiperexpresión de IL-31 (principal citoquina del prurito).
Activación neural (NGF, TRPV1, TRPA1).
Elevada actividad JAK1/JAK2 → perpetúa prurito.
Infiltrado mixto Th2/Th17 y remodelado dérmico.
Alta asociación con DA, ansiedad, trastornos del sueño, neuropatía, insuficiencia renal, HIV.
Placas/nódulos hiperqueratósicos, hemisféricos o liquenificados.
Distribución: superficies extensoras, tronco lateral, glúteos.
Prurito extremo, peor por la noche.
“Picker’s nodules”.
Cicatrices atróficas, excoriaciones, hiperpigmentación postinflamatoria.
Nemolizumab (anti-IL-31RA) → aprobado para Prurigo Crónico Nodular.
(El resto de alternativas son off-label.)
(Listado exhaustivo, clínicamente relevante.)
Útiles para inflamación superficial, nódulos activos.
Útil en áreas sensibles; modesto en PN puro.
Desensibilización de fibras C.
Beneficia el prurito neurogénico.
Muy útil en prurito resistente; efecto rápido.
Control parcial del prurito nocturno.
Excelente en el componente neuropático.
Duloxetina, Venlafaxina → prurito neuropático + ansiedad.
Excelente para prurito nocturno + insomnio + ansiedad.
Modulación opioide → reduce prurito y rascado.
Uno de los fármacos más eficaces históricamente.
Limitada por neuropatía y teratogenicidad.
Alternativa más segura que talidomida.
Muy eficaz en PN severo.
Muy eficaz en PN asociado a dermatitis atópica.
Mejora prurito, sueño y densidad nodular.
Casos con buena respuesta en PN pruriginoso IgE-alto.
Beneficio en PN con fenotipo Th2 coexistente.
Inhibe IL-31RA → eje maestro del prurito.
Reducción de nodulación y rascado.
(La familia con mayor evidencia emergente 2023–2025.)
Mejora del prurito en días.
Nódulos regresan progresivamente.
Extremadamente eficaz en el componente IL-31-prurito.
Alternativa sólida en adultos.
Casos muy positivos en PN recalcitrante.
Casuística preliminar prometedora.
➡️ Probablemente la opción sistémica más eficaz en PN refractario, junto con nemolizumab y talidomida.
(se usan cuando PN es parte de un fenotipo mixto o inflamatorio intenso)
Respuesta rápida en PN inflamatorio grave.
Eficaz en PN asociado a DA severa o LP mixto.
Alternativa útil si componente DA-LP coexistente.
Opción segura en ancianos.
Disminuye prurito y grosor nodular.
Más eficaz que NB-UVB en PN severo o hiperpigmentado.
Nódulos localizados resistentes.
Buena para nódulos hiperqueratósicos aislados.
Reduce grosor dérmico y prurito residual.
Mejora vascularización y prurito.
Casos de mejoría del prurito neuropático.
Clobetasol
NB-UVB
Gabapentina/pregabalina
Capsaicina
Antihistamínicos sedantes
Nemolizumab
JAK inhibidores (upadacitinib / abrocitinib / baricitinib)
Mirtazapina nocturna
Naltrexona a baja dosis y se administra generalmente entre 1,5 y 4,5 mg por la noche como modulador neuroinmunológico y antipruriginoso.
PUVA
Crioterapia
CO₂ fraccionado
Retinoides tópicos/orales según tolerancia
Dupilumab
Abrocitinib / Upadacitinib
Tacrolimus tópico en áreas sensibles
Talidomida / lenalidomida
JAK inhibidores de alta potencia
Combinación dupilumab + JAK (según casos)
Omalizumab si IgE alta
Azatioprina / ciclosporina en inflamación severa asociada
El prurito del prúrigo nodular es más “neurológico” que cutáneo: si no actúas sobre IL-31/JAK o el eje neuroinmune, no remite.
Nemolizumab es la terapia más eficaz para romper el ciclo prurito–rascado–nódulo.
Los JAK inhibidores son hoy el grupo sistémico con mayor potencia global en PN severo.
Talidomida sigue siendo muy efectiva, pero su toxicidad limita el uso; lenalidomida es la alternativa moderna.
Dupilumab controla el fenotipo Th2 de base, pero muchas veces necesita combinarse con fármacos antipruriginosos directos.
NB-UVB y PUVA son útiles para disminuir la hiperqueratosis y aunque no eliminen las lesiones, reducen muchísimo el prurito.
«El prúrigo nodular es una enfermedad neuroinmunológica crónica que exige terapias dirigidas al prurito (nemolizumab, JAK), moduladores neurales (gabapentinoides, LDN) y antiinflamatorios seleccionados; el éxito depende de romper el circuito prurito–rascado–fibrosis.»