Enfermedad ampollosa autoinmune mediada por autoanticuerpos contra BP180/BP230, con inflamación eosinofílica, prurito severo y ampollas tensas sobre piel eritematoedematosa.
«El manejo del penfigoide ampolloso combina inmunosupresión, control del prurito eosinofílico y bloqueo de autoanticuerpos. Lo decisivo es equilibrar eficacia y seguridad, especialmente en pacientes ancianos y frágiles.»
Autoanticuerpos IgG (a veces IgE) contra BP180 (COL17) y BP230.
Activación del complemento → degranulación eosinofílica → separación dermoepidérmica.
Componente Th2 dominante (IL-4 / IL-13 / IL-31) → prurito intenso.
Una proporción significativa es inducida por fármacos (DPP4-i, PD-1/PD-L1).
Corticoides tópicos potentes (clobetasol 0,05 % en cuerpo entero).
Prednisona sistémica 0,5–1 mg/kg/día.
(No existen biológicos aprobados oficialmente para BP.)
(EXHAUSTIVO Y ESTRUCTURADO POR DIANA)
Bloquean producción de autoanticuerpos.
Clásico coadyuvante esteroide-ahorrador.
Una de las mejores opciones en ancianos.
Muy útil en pacientes frágiles o diabéticos (evita corticoides).
Acción rápida; útil en BP muy inflamatorio.
Relegada a casos excepcionales refractarios.
Esquema antiinflamatorio no inmunosupresor con buena evidencia en BP leve-moderado.
Alternativa segura en ancianos pluripatológicos.
Clave en refractarios o intolerancia a corticoides.
1 g días 1 y 15 o 375 mg/m² × 4 semanas.
Uno de los mejores tratamientos en BP severo o recidivante.
Eficaz en BP con IgE elevada y prurito intenso.
150–300 mg/mes.
Responde espectacularmente en BP pruriginoso, BP ancianos, BP asociado a DPP4-i.
600 mg → 300 mg cada 2 semanas.
Probablemente se convertirá en primera línea biológica.
Destruye eosinófilos → mejora prurito e inflamación.
Casuística prometedora.
Menos potente que benralizumab pero útil en BP eosinofílico.
Casos aislados exitosos; útil en BP coexistente con psoriasis.
Evidencia limitada pero respuesta documentada en fenotipos Th17-dominantes.
Casos aislados de remisión en BP extremadamente refractario.
Ocrelizumab, Ofatumumab, Obinutuzumab
→ Misma diana que rituximab; considerar en pacientes con recaída tras rituximab o riesgo de inmunogenicidad.
El eje IL-4/IL-13/IL-31 → JAK1 es crucial en BP pruriginoso.
Respuesta rápida en prurito y actividad tensil.
Potente antipruriginoso; útil en BP IgE-alto.
Casos positivos en BP refractario.
Respuesta en BP mixto autoinmune.
Útil en fenotipo inflamatorio con eosinofilia.
Evitar si G6PD bajo.
Modesta pero útil como ahorradora de corticoide.
Clásico coadyuvante con doxiciclina.
Eliminación directa de autoanticuerpos.
En brotes fulminantes.
2 g/kg/ciclo mensual
Mecanismo inmunomodulador multifacético.
Excelente en BP refractario o en pacientes muy ancianos.
Lesiones localizadas o faciales.
Útil como mantenimiento.
Ampollas muy localizadas y resistentes.
Gabapentina / pregabalina (prurito neuropático).
Mirtazapina (prurito nocturno).
Naloxona/Naltrexona baja dosis.
Corticoide tópico en cuerpo entero
Doxiciclina + nicotinamida
Micofenolato / metotrexato si se necesita ahorrador
Prednisona 0,5–1 mg/kg/día
Rituximab o dupilumab como alternativas de primera línea en ancianos
Micofenolato o azatioprina
Dupilumab
Omalizumab
JAK inhibidores
Rituximab
IVIG
Plasmaféresis
Anti-IL-5 / anti-IL-17 / anti-IL-23
JAK inhibidores
Rituximab y dupilumab están cambiando el paradigma del BP del anciano: más eficaces y más seguros que corticoides a largo plazo.
El BP inducido por DPP-4 inhibidores responde de forma excepcionalmente buena a dupilumab.
El prurito del BP es tanto eosinofílico como neuroinmunológico → los JAK inhibidores son especialmente eficaces.
Doxiciclina + nicotinamida es tan eficaz como prednisona en BP leve-moderado, con mucho mejor perfil de seguridad.
Evitar cursos prolongados de prednisona en pacientes ancianos: riesgo de descompensaciones graves.
Las recaídas tardías tras rituximab se pueden rescatar con ocrelizumab u obinutuzumab.
«El penfigoide ampolloso se controla combinando inmunosupresión, terapia dirigida (anti-CD20, anti-IL-4/13, anti-IgE, anti-IL-5, JAK), y estrategias anti-eosinofílicas, con rituximab y dupilumab como ejes modernos de tratamiento para enfermedad severa.»